martes, 2 de octubre de 2012

Análisis: Xenoblade Chronicles





   

 Hace poco más de un año llegó a Europa, tras mucho tiempo de insistencia y lucha, uno de los tres grandes títulos que iban a suponer la recta final de la sobremesa de Nintendo. El estudio Monolith Soft a cargo de Tetsuya Takahashi, un ex-miembro de Square Enix, nos ha regalado uno de los mejores RPG de esta generación.  
     Se lleva diciendo hace tiempo que este género tan fructífero en Japón está de capa caída, habiendo vivido días mejores con los grandes Final Fantasy o Dragon Quest entre otros.

     Xenoblade Chronicles nos ofrece un concepto totalmente nuevo del género, un concepto que nos lleva un paso más allá de las últimas creaciones, donde lo que se busca es más la apariencia y la estética, quizá demasiado influenciada por el manga y más aún por el anime, y nos sumerge en un renovado JRPG.

     La historia, desde el comienzo, promete ser épica ya que nada más jugar los primeros minutos del juego, nos encontramos con un mundo cuya extensión está cubierta de agua y dos grandes titanes, Mekonis (el dios de las máquinas) y Bionis ( dios de las formas de vida orgánicas) enzarzados en una lucha eterna de un equilibrio muy delicado. La lucha se alarga durante eones hasta que al fin se destruyen mutuamente. Sobre los cuerpos intertes aparecen numerosas razas y especies, vida inteligente con su historia, gentes e incluso folklore. Pero esta vida se ve amenazada por las criaturas provinientes del cuerpo del otro gran titán, Mekonis. Estos seres, los Mekon, se alimentan de organismos vivos para conseguir energía, realizando grandes incursiones al territorio de Bionis para proveerse de sustento.

      En una de las batallas más duras y sangrientas que viven los pueblos de Bionis, aparece un gran guerrero, Dunban, capaz de controlar una espada muy especial, creada por Bionis: Monado. Tras dejarlo todo en el campo de batalla, Dunban queda gravemente herido por la extensa exposición al poder de Monado pero consigue repeler la brutal ofensiva de los Mekon.

     Un año después de todo esto, conocemos a un chico, Shulk, con una gran inquietud científica y que dedicará su tiempo a estudiar Monado. A partir de aquí iremos conociendo a los distintos personajes, a mi modo de ver, demasiado influenciado por los leitmotiv del manga japonés. Shulk, es un huérfano, callado y retraído, enamorado (como no) de su amiga de la infancia, Fiora, que será el contrapunto, siendo completamente el opuesto a Shulk: alegre, directa, siempre preocupada por Shulk, etc. Pese a todos estos paralelismos con una ingente cantidad de historias, los personajes consiguen calar, unos más que otros, a medida que van evolucionando en el transcurso de la historia.

    Una historia muy bien hilada hasta más o menos la mitad del juego, con muchas intrigas, puntos que se dejan abiertos e irán resolviéndose poco a poco, nuevos personajes que van apareciendo, etc. Pero el punto fuerte de esta parte es el increible surtido de misiones secundarias que son el complemento perfecto que apoyará la trama principal. Después de las primeras horas de juego llenas de acción y dramatismo el juego nos ofrece la opción de marcar nuestro propio ritmo a la hora de avanzar, centrándonos más en la trama principal o, por el contrario, ayudando a los personajes que nos encontraremos en la travesía.

Después de salir de Colonia 9, el juego ofrece un espectáculo artístico para el jugador. Si bien el diseño de personajes, los polígonos y las texturas en general de los escenarios, personajes y enemigos, no llega ni de lejos a lo que pueden ofrecer las demás plataformas, el motor gráfico exprime al máximo la potencia de la Wii. Un punto a favor es que pese a que los decorados son gigantescos, el juego a penas realiza cargas durante la partida, haciendo que la experiencia sea muy fluida. Solo realiza cargas cuando pasamos a mapas diferenciados, es decir, pasamos de una zona gigantesca a otra zona igual de grande. Esta fluidez me recordó al Wind Waker en el que tampoco hay cortes cuando viajamos por el mar de una isla a otra.
     Para favorecer la exploración de un entorno tan extenso, las misiones secundarias tratarán de recolectar determinados objetos, eliminar monstruos, rescatar a otros personajes, etc. Las recompensas de estas misiones normalmente será equipo que podremos usar para mejorar las estadísticas de los personajes.



Esta parte, la del equipo y las habilidades de los personajes, está muy influenciada por los juegos MMORPG. Cada vez que cambiemos una parte del equipo delos personajes, su apariencia también variará dependiendo del arma o armadura equipada. Además existe un árbol de poderes, similar a los talentos del WoW, que se desbloquean al subir de nivel. Estos poderes son habilidades pasivas que nos ayudarán a fortalecer el equipo.




Relacionado con estos árboles de poderes está el aspecto social del juego. Los personajes tienen relaciones de afecto entre ellos, lo que hará que se desenvuelvan de un modo u otro durante los combates: dependiendo de esta relación, podremos vincular habilidades entre personajes, etc. Además durante el juego, existen eventos, conversaciones, que tienen los personajes entre ellos y que solo se pueden desbloquear si se cumplen los requisitos necesarios.

Otro gran aspecto a tener en cuenta es el de los combates. Los combates por turnos quedaron atrás hace mucho pero Xenoblade va un paso más allá. Los personajes se desmoralizan o arden de deseos por luchar, los podremos animar, ayudar cuando los hayan derribado, etc. Además podremos cambiar el futuro durante el combate debido a una serie de visiones que nos indicarán que hará nuestro enemigo a continuación y, a partir de ahí, decidir qué técnica o estrategia usar. La música cambiará dependiendo del estado de ánimo de los personajes, de si nos han debilitado a alguno, de si cambiamos el futuro, etc.



Para hablar de la banda sonora de Xenoblade se necesitaría otra entrada a parte. Cuando jugamos por primera vez, solo con escuchar la canción de la pantalla de título ya nos muestra una banda sonora que promete ser épica y lo es. Cada pieza está compuesta de una manera espectacular, que casa perfectamente con cada escena, entorno o batalla del juego. Aquí dejo un enlace con uno de mis temas favoritos, se trata del tema que suena cuando te enfrentas con algún enemigo de los realmente fuertes. Me encanta luchar escuchando esta canción.





Entrando ya en el terreno de la valoración personal, tengo que decir que en el momento en que terminaron de pasar los créditos, se convirtió en uno de mis juegos predilectos. La trama, la acción, los personajes, los entornos se unen perfectamente en equilibrio. Se trata de una "pieza bien hecha" que ofrece una gran dosis de aventura y muchas horas de juego ( yo llevo 120). La historia está muy bien hilada y los primeros momentos de juego nos incitarán a seguir jugando sin parar para descubrir qué ocurre después, aunque hay que decir, que el ritmo argumental va decayendo poco a poco hacia el final, pero aun así hasta el último momento nos llevaremos alguna que otra sorpresa.

1. R.O.B
2. Cortocircuito
3. Cara Bronce
4. Cara Metálica
5. Cara Nemesis

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